Antes de que entremos en materia es importante que entiendas quienes somos en Saigu y desde dónde escribimos este artículo. Porque sabemos que la cosmética hecha en casa está muy de moda. Hay muchas cuentas de Instagram y vídeos en youtube con recetas de productos y nuestra opinión al respecto puede no ser muy popular. Pero, en primer lugar, debes saber que es solo una opinión, un punto de vista, y que entendemos perfectamente la pasión que puede suscitar hacer tu propia cosmética, porque evidentemente nosotros también la tenemos.
Hay un error muy común que es confundir la cosmética natural con la fabricada de manera artesanal, pero nada más lejos de la verdad. En el equipo de Saigu somos químicos, con másters en cosmética y perfumería, con experiencia en la industria del maquillaje y apasionados por el medio ambiente y los productos naturales. A diferencia de otros perfiles de personas que puedan partir de la pasión por la cosmética a nivel usuario, la concienciación con los productos naturales y ecológicos, que poco a poco van adquiriendo nociones de química para ser autosuficientes y hacer sus productos.
Ya solo con esto puedes entender el porqué de nuestra preocupación sobre esta tendencia de hacer cosmética en casa. Y es que nosotros estamos acostumbrados a trabajar en laboratorios específicos, con lo que se conoce como salas blancas (especialmente creadas para que los productos no se contaminen de ninguna manera), somos muy estrictos con las normativas y legislaciones de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) y el Reglamento Europeo de Cosmética, y también sabemos los peligros de trabajar con determinados ingredientes, a altas temperaturas, etc.
Dicho todo esto, ya debe haber quedado claro que no somos fans de la cosmética Do It Yourself. Pero no porque queramos que te compres la nuestra, nosotros mismos, aunque nos dediquemos a ello, tampoco nos vamos haciendo productos así en la cocina de casa y preferimos comprarlos. Te explicamos los motivos concretos.
Seguridad en la producción
Si visitaras un laboratorio de cosmética por dentro verás que llevamos las protecciones reglamentarias como la bata blanca, gafas, guantes, etc. según el proceso con el que estemos. Y es que producir cosmética tiene sus peligros porque se trabaja a altas temperaturas, con ingredientes potencialmente peligrosos que pueden dar reacciones inesperadas si no los sabes manejar.
Algo tan aparentemente inofensivo como un jabón sólido de manos lleva sosa cáustica que puede ser muy corrosiva en contacto con la piel o los ojos. Claro que puedes tener cuidado un día y que te salga un jabón monísimo, el problema es confiarse y a la séptima vez que bajes la guardia y te suceda lo que a Marta Bustos, la joven española que perdió la visión precisamente por un accidente de este tipo.
Y no queremos ser alarmistas recordándote este caso, probablemente sea uno entre cientos que salen bien, pero es muy significativo, porque a ella precisamente le gustaba hacer su propia cosmética y 'simplemente' tuvo un descuido.
La importancia del PH
Más allá de tu seguridad al crear el producto, también hay que valorar la de la fórmula que acabas de hacer y en la que es fácil que te olvides de algo tan importante como el PH. La piel tiene una barrera natural que te protege de los agentes externos, mantiene la hidratación, etc. y cuando le aplicas un PH que no le corresponde, se altera y ya no puede hacer su función. El PH de tu piel puede variar dependiendo de la zona que estés tratando y, al hacer tu propia cosmética corres el riesgo de romper su equilibrio y acabar obteniendo el efecto contrario.
El PH de tu rostro está entre un 5 o 6 y, si no lo medimos bien al crear un producto y se nos dispara la alcalinidad, la piel generará una mayor cantidad de sebo para recuperar el equilibrio que derivará en la aparición de granos o acné. Por otro lado, los productos que se aplican cerca de los ojos deben ir al PH del lagrimal que está entre 7 y 7,5. No respetar este detalle puede derivar en escozor, irritación o incluso en problemas a la vista.
El problema de la conservación
¿Y qué pasa con los famosos conservantes? Habrás oído hablar de los parabenos, que últimamente tienen muy mala prensa. Pero hay muchos más en el mercado y saber cuáles usar o qué cantidad es vital para evitar que los productos cosméticos se contaminen de hongos o bacterias que puedan irritar la piel o derivar en problemas más serios.
Las fórmulas más sensibles son las que contienen agua (que son prácticamente todos los líquidos), porque es uno de los elementos de un producto cosmético más susceptibles a la contaminación y es imprescindible saber cómo tratarla y cómo conservarla. La contaminación puede suceder en cualquier momento, cuando creas la fórmula, cuando la pones en el envase definitivo, etc. Por eso en la industria hay controles muy estrictos y ningún producto sale al mercado sin medir la eficacia de sus conservantes.
Qué podríamos llegar a tolerar
Por todas estas razones en Saigu no nos gusta la cosmética casera. Una cosa es que te apliques algún ingrediente sin alterar como, por ejemplo que quieras mezclar miel con azúcar para hacerte una exfoliación en los labios o en el rostro. Pero ten cuidado de que el grano de azúcar no sea demasiado grande para no irritar tu piel y prepara una cantidad pequeña para usarla al momento.
Es lo único que podríamos llegar a tolerar porque, aunque nos veas decir que nuestros productos llevan aceite de oliva, no tiene nada que ver con el de cocina. En cosmética se utiliza una versión de muchísima mayor calidad, de extracción en frío y que cuesta mucho más que lo que se consume en alimentación. Así que, sintiendo mucho el ser aguafiestas en esta tendencia de crear tus propios productos, no nos atreveríamos a recomendar prácticamente nada más que no esté formulado en un laboratorio.
Pero queremos conocer también tu opinión y experiencia. ¿Has hecho algún producto en casa? ¿Qué tal los resultados?
6 comentarios
Un artículo interesante con el que estoy bastante de acuerdo. Pero me surge una duda: ¿hay alguna fuente donde se pueda consultar el pH de ciertos alimentos? No es por mezclar (cuidado con eso), concretamente me gustaría conocer el pH del aceite de coco que tanto se utiliza como cosmético e incluso como desmaquillante de ojos. ¿Lo recomendaríais?
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