En Saigu nos encanta la transparencia y siempre que podemos ensanchar sus límites nos tiramos a cualquier piscina por poca agua que tenga. Y este es un tema del que oirás a pocas marcas hablar porque el dinero es un tabú por excelencia en nuestra sociedad. Pero tenemos que mencionarlo para que nos entiendas cuando te decimos que en Saigu ganarlo no es la prioridad y sí lo son las personas. Especialmente ahora que se acerca la época de más compras del año, te queremos explicar por qué nos tomamos en serio y pensamos muy bien todos los descuentos y campañas que te hacemos llegar.
Para que entiendas la diferencia, primero te tenemos que recordar cómo es una empresa centrada en ganar dinero aunque, desgraciadamente te sonará muy familiar porque todavía son la mayoría. La idea es que el objetivo de esta persona, empresa, colectivo, proyecto, es amasar fortuna a toda costa. Y subrayamos ‘a toda costa’ porque es el quid de la cuestión. Las actividades empresariales más rentables son aquellas que están fuera de la ley y después hay muchas que son de dudosa moral o ética, como las que explotan los recursos o a las personas.
Pero no hace falta que nos vayamos a estos extremos, podemos fijarnos simplemente en quien quiere facturar y no se plantea mucho más. Intenta que la materia prima sea lo más barata posible, que los empleados trabajen el máximo de horas por el mínimo de sueldo y colaborar con los proveedores más económicos. De la misma manera, al cliente le ofrece un producto con la calidad mínima viable, utiliza las técnicas más avanzadas de neuromarketing para hacerle comprar y los descuentos más agresivos para que lo haga de forma impulsiva e inmediata.
Otra forma es posible
Pero, y si te dijéramos que hay otra manera de estar en el mundo. Que uno puede crear o participar en un proyecto con un propósito más allá de enriquecer a su fundador. Y no estamos hablando de una organización sin ánimo de lucro, sino de una empresa rentable, incluso exitosa, pero que fundamente su éxito en el respeto y la consideración por todas las personas y el entorno.
En Saigu no creemos que esto sea una utopía sino que lo hacemos realidad cada día esperando dejar de ser una excepción y que esto se convierta en normalidad. Porque no nos consideramos seres especiales, hay cada vez más proyectos que son más conscientes y quieren romper con ese pasado de codicia económica que ha llevado a nuestro mundo a un lugar en el que ya no queremos estar.
El mundo está cambiando
Como trabajadores, las personas tenemos cada vez más ganas de que nuestro tiempo y talento se inviertan en algo que tenga sentido. Las generaciones anteriores estaban satisfechas con simplemente ir a un lugar, hacer una actividad y cobrar por ella sin plantearse nada más. Pero ahora cada vez nos cuesta más contribuir a según qué objetivos empresariales por mucho dinero que nos paguen y ya no hablamos de aguantar tratos vejatorios y discriminatorios de una escala jerárquica que solo mira por sus propios intereses.
Consideramos que estamos en un cambio de paradigma que dejará atrás a los proyectos que solo se centren en sus propias ganancias y en Saigu queremos formar parte de esta revolución. Seguro que por el camino nos equivocaremos mil veces, así que no vamos a dar lecciones a nadie, solo queremos predicar con el ejemplo. Porque lo que en la teoría suena fantástico, en la práctica es todavía mejor. No es que trabajemos pocas horas, ni tengamos sofás para echar la siesta, ni paguemos vacaciones en las Bahamas. Es algo más profundo que todo eso.
Participar en un proyecto que pone por delante a las personas significa que no se busca exprimir ni explotar a nadie: ni a los trabajadores, ni a los proveedores, ni a los clientes. De hecho no nos gusta llamar ‘clientes’, ni ‘compradores’, ni ‘usuarios’ a las personas que compran los productos de Saigu y forman parte de nuestra comunidad. Porque eso nos quita la profundidad que tenemos como seres humanos y nos reduce a meros sujetos comprantes.
Calidad antes que beneficio
Nuestros productos no están hechos para sacar el máximo beneficio sino para dar la máxima calidad. Es como cuando vas al mercado a comprar los mejores ingredientes para preparar una comida rica para un día especial con tu familia. A diferencia de un establecimiento que comprará lo más barato para sacar toda la rentabilidad que pueda. Pues digamos que nosotros en Saigu, si hiciéramos los mismos productos para nuestras madres, los haríamos exactamente iguales. De hecho, contamos a nuestras mamás entre las mayores admiradoras de Saigu y se puede encontrar a muchas de ellas comentando las publicaciones de redes con pasión y regularidad.
¿Significa esto que vivimos en lo alto de la colina, rechazamos lo material y dedicamos nuestras vidas a socorrer al prójimo en dificultad? No, ojalá, pero todavía no estamos ahí. Vivimos en el mismo mundo que tú, estudiamos en las mismas universidades, vemos las mismas noticias en televisión y nos han subido la luz y el gas como a todo el mundo. De hecho, sabemos que hay muchas personas que lo están pasando mal y, según los pronósticos, la situación económica está lejos de mejorar.
Por eso mismo, cuando se acerca la temporada de descuentos, de compras navideñas y de fervor consumidor, nos paramos un momento y reflexionamos. Porque queremos vender y queremos crecer pero no a toda costa. Así, ideamos una estrategia desde el respeto y la máxima consideración por todas las personas que están involucradas en este proceso.
¿Y cómo son los descuentos respetuosos?
Una de las consecuencias de tener estos valores y de querer tratar y pagar dignamente a todos los trabajadores y colaboradores es que los precios de nuestros productos no pueden ser de los más bajos del mercado. Son los que calculamos justos y necesarios para mantener este equilibrio, pero sabemos que hay personas que no pueden acceder a ellos y que esperan con ansias los descuentos anuales.
El neuromarketing nos dice que, cuanto mayores son los descuentos, más se genera la sensación de urgencia, esta se salta la parte racional del cerebro y va directa a la de supervivencia y nos hace comprar de forma impulsiva productos que no necesitamos o no nos podemos permitir. Para evitar eso en Saigu nunca hacemos descuentos superiores al 25-30%. Ya que los consideramos suficientemente generosos pero sin llegar a despertar la compulsividad.
Pero esto en la situación actual se nos quedaba un poco corto. Nos gustaría poder llegar a impactar a personas que nada tienen que ver con la industria de la cosmética, esas que tienen necesidades más básicas que nosotros no podemos cubrir. Se nos estremece el corazón cuando vemos colas cada vez más largas en los bancos de alimentos que tienen cada vez menos reservas con las que alimentarlos. Por eso hemos decidido colaborar con la Federación Española de Bancos de Alimentos donando un euro por cada compra que se haga durante la semana de descuentos de la Green Week. Y también te damos la posibilidad de añadir otro euro a tu carrito para que entre todos podamos comprar el máximo número de kilos de comida.
Porque es una época en la que igualmente suben el número de transacciones económicas pero de qué sirve ganar mucho cuando a tu alrededor todo se derrumba. Para nosotros, la verdadera riqueza es la que se comparte y se reparte entre el máximo número de personas. Por todo esto en Saigu las personas van por delante y esperamos que en un futuro lo más próximo posible esto sea tan normal como lo es ahora la realidad que describíamos en el segundo y tercer párrafo de este artículo.
Gracias por formar parte de la comunidad de Saigu.
31 comentarios
Gracias por ser verdaderos, honestos y justos, es uno más de los motivos por lo que me encantais. No se encuentra en cualquier lado.
Que bonito leer esto…
Gracias por plasmar lo que obviamos de una forma tan honesta…
Ojalá mas consciencias así 🙏🏼
Enhorabuena por vuestra manera de entender empresa, comercio y beneficios, todas las contribuciones harán de este mundo mucho mejor. Os admiro
Gracias!
Hace bien leer esto esta semana…
Llevo 5 años sin trabajar, después de que me diera un infarto en la oficina.
Entiendo muy bien de lo que habláis.
De nuevo gracias
Bonita filosofía e empresa, pero por desgracia, de momento prima el valor del dinero por encima del valor de las personas, y eso ocurre en la mayoría de las empresas.
Ojalá algún día todo el mundo piense como Saigu
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