Cómo conseguir vitamina D y proteger tu piel del sol a la vez – Saigu Cosmetics
Cómo conseguir vitamina D y proteger tu piel del sol a la vez

Cómo conseguir vitamina D y proteger tu piel del sol a la vez

No sabemos qué tiene la vitamina D para que, cada cierto tiempo, se generen controversias y polémicas en torno a ella. Que si solo se obtiene por el sol, que si los dermatólogos dicen que no lo tomemos y así vamos con un déficit de vitamina D por la vida, que si te aplicas protector solar no la absorbes…. Suma y sigue.

En Saigu, hemos querido acercarnos a ella para entender qué es, qué papel juega nuestra exposición al sol a la hora de sintetizarla y cómo podemos conseguir un equilibrio entre tener unos niveles aceptables de vitamina D y proteger nuestra piel. También te contamos la mejor manera de combinar tu crema solar con el maquillaje y respondemos a la pregunta del millón: ¿por qué la base de Saigu no lleva factor de protección? (y te explicamos por qué nunca lo llevará).

Qué es la vitamina D y cómo se obtiene

Para empezar, diremos que la vitamina D es una hormona “porque actúa en prácticamente todos los órganos y sistemas del organismo, ya que se trata de varias sustancias complejas interconectadas”, según recogen en el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social.

Aunque puede obtenerse a partir de algunos alimentos, como los pescados grasos, la mayoría se sintetiza a través de la piel. “La exposición solar de nuestra piel es capaz de convertir el 7-Dehidrocolesterol en colecalciferol y, finalmente, por una serie de pasos metabólicos en los que intervienen el hígado y el riñón tener la vitamina D3 activa para nuestro organismo”, explica a Saigu el Doctor José Aguilera, coordinador del Grupo Español de Fotobiología de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

Por ello, resulta imprescindible exponerse al sol para alcanzar los niveles de vitamina D que nuestro cuerpo necesita, teniendo en cuenta que solo se puede hablar de déficit si nos encontramos por debajo de los 20 nanogramos /mililitro.

Cuánto y cómo tomar el sol

Exponerse sí, por supuesto, pero haciéndolo con cabeza. ”Si me pongo protección en los brazos no tengo problema en sintetizar vitamina D. Es decir, si yo me pongo crema no inhibo la síntesis de vitamina D, sino que lo mismo tengo que estar más rato al sol para producirla. Esto es una lógica de comportamiento”, nos resume Aguilera.

En este punto el doctor Aguilera insiste en el hecho de que protegerse del sol no tiene que ver solo con aplicarse protector. “Para mí, un fotoprotector es una sombra, una gorra o un sombrero, unas gafas, un tejido, un comportamiento, es mirar una App para ver el nivel de radiación ultravioleta que tienes en ese momento en tu localidad”, indica Aguilera, quien además recomienda consultar la aplicación UV Derma de la Fundación Piel Sana en la que, entre otras cosas, se informa del tiempo que cada persona necesita para producir vitamina D en un momento determinado del día. 

En caso de no tener a mano este recurso, Aguilera anima a aprender a comprender el sol y saber la cantidad de radiación solar que recibimos en cada momento. Para ello, introduce el concepto de eritema. “Cuando yo me pongo al sol y a las 24 horas tengo un pequeño enrojecimiento de la piel, eso se llama eritema cutáneo”. Es ese tono rojo que cualquier dermatólogo te dirá que tienes que evitar.

Estudios e investigaciones clásicas ya han establecido que un cuarto de la dosis mínima para generar ese eritema bastaría para producir 1.000 unidades internacionales de vitamina D, que es lo que realmente necesita nuestro cuerpo. No hablamos necesariamente de ir a la playa. Es suficiente “con exponer con manga corta los brazos, la cara, el cuello, los tobillos, toda la parte que queda descubierta en nuestro día a día, un cuarto de la dosis de la generación de eritema”, apunta Aguilera. 

¿Cómo se traduce esto a tiempos concretos? Va a depender de cada persona y de su tipo de piel, aunque el doctor Aguilera da algunas pistas que pueden orientarnos. “Desde finales de marzo hasta prácticamente finales de septiembre, con entre 20 y 25 minutos de exposición al día, sin estar protegido, tengo ese mínimo eritema”. 

A partir de ahí, es calcular lo que a cada uno le siente bien en base a su piel, teniendo en cuenta que la radiación ultravioleta B del sol aparece desde casi las 9 de la mañana y que nadie suele exponerse únicamente 20 minutos al sol. De ahí, la necesidad de utilizar protección solar. 

Cómo elegir una buena crema solar

Está bien aprender a controlar la exposición que hacemos al sol, pero de poco nos va a servir si la crema solar que escogemos no es la adecuada, tanto por sus características como por las de nuestro tipo de piel. 

Y es que, como explica nuestra compañera Mireya Lorenzo Merino, jefa de producto en Saigu, es imprescindible fijarnos, por un lado, en el factor de protección solar o SPF (según las siglas en inglés de solar protection factor). “El SPF indica la capacidad de la crema para proteger la piel de los rayos UBV, que son los causantes de quemaduras solares. Se recomienda utilizar cremas con un alto SPF como 30, 50, 50+”.

Por otro lado, Mireya nos habla del amplio espectro o, lo que es lo mismo, que sean cremas con capacidad para proteger no solo contra los rayos UVB sino también contra los UVA. ¿Por qué? Porque esto nos permitirá protegernos no solo de las quemaduras solares y del cáncer de piel, sino también del fotoenvejecimiento prematuro, que se manifiesta, por ejemplo, en forma de manchas oscuras o arrugas. 

Además, tenemos que considerar aspectos cosméticos relacionados con nuestro tipo de piel y necesidades específicas. Nos referimos a la textura y a los ingredientes. En el mercado encontraremos cremas ligeras, de rápida absorción, más hidratantes y emolientes, con diferentes tipos de acabado… También las habrá no comedogénicas (que no obstruyen los poros) o con activos específicos que protegen de la luz azul, antiedad o hidratantes. Lo fundamental será siempre tener en cuenta tu tipo de piel, sus necesidades y lo que sientas que le vaya bien. 

Cómo aplicar bien la crema solar

Cuando hablamos de aplicar bien la crema solar, nos referimos a aplicarla de manera que nuestra piel esté protegida. “Debemos ser generosos en la aplicación y se recomienda aplicar la crema solar al menos cada dos horas”, explica Mireya. 

Y es que, como indica a Saigu el doctor José Aguilera, “un factor 50 significa que, cuando te pones la crema, puedes estar al sol 50 veces más de lo que estarías sin estar protegida”. Eso, siempre y cuando, cumpliéramos con la dosis recomendada de aplicar dos miligramos de producto por centímetro cuadrado de piel. Esto implicaría gastar unos 30 gramos de crema para todo el cuerpo en cada aplicación

“Te pones tres o cuatro veces menos de lo que se recomienda. Eso significa que el factor 50 ya no es 50, es un factor de 10 o 15, lo cual significa que es suficiente para seguir protegiéndote, pero no te va a permitir el mismo número de horas que si te la hubieras puesto bien”, añade. 

Por esto mismo es imprescindible no conformarse con la protección que algunas bases de maquillaje dicen llevar. No, no es que no hayan pasado los test de SPF pertinentes, es que la cantidad que solemos aplicarnos de maquillaje no es la suficiente para salvaguardar nuestra piel. Lo mejor es utilizar una crema solar antes del maquillaje porque no olvidemos que la protección solar es la mejor crema antiedad que podemos utilizar”, resume Mireya.

Crema solar y maquillaje

¿Y qué pasa si nos vamos a maquillar? ¿Cómo gestionamos el binomio crema solar y base? ¿Cambian los criterios a la hora de escoger la crema? ¿Qué tipo de base es mejor? ¿En qué orden aplicamos los productos? Hemos hablado con la periodista experta en cosmética Marta Isern para resolver estas cuestiones. 

Marta recomienda escoger un protector solar cuya textura nos resulte agradable y cómoda para facilitar que lo integremos en nuestra rutina diaria. “Pieles grasas preferirán texturas ligeras, con acabado mate, mientras que las secas pueden agradecer texturas algo más untuosas y con un acabado jugoso”, enumera para Saigu. Con el protector escogido, podemos incorporarlo en nuestra rutina que, si nos maquillamos, va a constar de dos partes. “Por un lado, la rutina facial, que empieza con la limpieza y termina con el uso del protector solar”, indica Marta. 

En este punto, conviene recordar que la cantidad de crema recomendada para el rostro es también de 2 mg/cm2 de piel, que equivale a la crema que cabría en dos rayas extendidas en los dedos índice y corazón. Además, entre la aplicación del protector solar y el maquillaje, el segundo paso de nuestra rutina, hay que esperar entre 15 y 20 minutos. “Es necesario que el protector solar se haya absorbido y asentado bien sobre nuestra piel para evitar arrastrarlo con la aplicación del maquillaje y retirarlo sin querer”.

A la hora de pasar a la aplicación del maquillaje, no todos los protectores interactúan igual con nuestra base, por lo que hay que considerar los acabados de ambos productos. “Por ejemplo, si el protector solar tiene un acabado jugoso, trasladará parte de esa jugosidad a la base que apliquemos a continuación. O, si siempre optamos por un acabado mate en nuestro maquillaje, lo lógico será aplicar un protector solar de acabado no graso, que no aporte jugosidad o un brillo extra en la piel”.

La base de Saigu y la crema solar

En ese sentido Marta destaca lo bien que se adapta la base de Saigu a protectores solares de acabado tanto jugoso como mate. “Como es una base ligera y que deja un ‘glow’ sutil, usar un protector u otro nos permitirá también modular esa apariencia final. Si usamos un protector mate, conseguiremos darle un punto de luminosidad con la base de Saigu, sin que sea excesivo. Si optamos por un protector que ya de por sí aporte brillo, la base sumará una jugosidad extra, así que potenciaremos ese acabado”.

Uno de los errores más comunes que cometemos al aplicarnos protector solar es no repetir la operación cada dos o tres horas, algo que se complica ligeramente si lo tenemos que llevar a cabo cierto tiempo después de habernos maquillado. Para hacerlo, Marta recomienda llevar siempre un spray o protector en stick. 

Hay brumas invisibles y refrescantes que permiten una reaplicación fácil y sin que se note. El spray solar es mi opción favorita porque es la que ofrece una mayor cobertura de protección”, analiza. Del stick destaca los que tienen un acabado en mate y son totalmente invisibles, aunque matiza: no sirven para cualquier maquillaje. “Puede funcionar si nuestra base es más ligera (como la de Saigu) y no llevamos productos en polvo que puedan ‘interaccionar’ con la textura del stick. Aplicar un producto en barra sobre una piel con polvos puede dejarnos una textura extraña, sobre todo por el ligero arrastre que ya implica de por sí la aplicación del stick”, explica Marta.

Por qué la base de Saigu no lleva SPF

Es algo que nos preguntan con mucha frecuencia y sabemos que está demandadísimo porque todo el mundo se quiere ahorrar pasos por la mañana y dormir un poquito más. "Sinceramente, a nivel de formulación no sería especialmente complicado y, comercialmente probablemente funcionaría muy bien como reclamo, pero no lo vamos a hacer", dice con firmeza nuestra compañera formuladora Mireya Lorenzo.

Y tiene que ver con la coherencia y los valores de los que hablamos siempre. Por mucho que sepamos que se vendería como la espuma, sabiendo que la gente no se aplica la cantidad suficiente de base de maquillaje que debería poner de protector solar, estaríamos poniendo tu piel en peligro. "Si tu crees que con las dos gotas de base que te pones tu piel está protegida del sol porque lleva SPF, estás muy equivocada", cuenta nuestra formuladora.

Por eso se niega a poner factor de protección en la base de Saigu e insiste en divulgar por activa y por pasiva la importancia de aplicar una buena crema solar antes del maquillaje como hemos intentando hacer en este artículo. Lo que perdemos en ventas lo ganamos en coherencia y nos vamos a dormir tranquilos por las noches. 

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