La botella de plástico que has comprado antes de entrar al gimnasio, el vestido por diez euros que has comprado en un arrebato, la bolsa en la que llevas la compra del supermercado. Todo ello pertenece a un sistema cultural construido durante años: usar y tirar. El planeta grita que este modelo ya no es sostenible, que no puede producir tanto como nos está dando ahora mismo, que no es posible que lo que se usa por la mañana esté en la basura por la noche.
El consumismo ha tenido mucho que ver en que lleguemos a este punto. La sobreestimulación, la necesidad de quererlo todo y quererlo ya para, una vez que se ha conseguido, no valorar las cosas, la publicidad que nos bombardea de forma cada vez más personalizada a través de las redes sociales.
Cuál es la alternativa
¿Qué tipo de modelo es necesario para romper con todo esto? Uno que considere el ciclo natural de los recursos de la tierra. El sistema de usar y tirar parte de la base errónea de que los materiales de los que disponemos nunca se van a acabar, y por eso los consumimos de manera compulsiva. Y, reciclar solamente, no basta. La industria tampoco es capaz de procesar todo lo que tiramos cada día a semejante ritmo. España solo reaprovecha un 33% de lo que utiliza. Para constrarrestar años de explotación, las soluciones que podemos aplicar cada uno de nosotros son muchas y representan un cambio de rutina al que solo hay que acostumbrarse.
Unos pequeños ejemplos. No utilices papel de plástico o de aluminio para envolver los alimentos, puedes hacerlo con un envoltorio de silicona lavable y reutilizable todas las veces que quieras. No te desmaquilles con toallitas desechables, mucho mejor si lo haces con crema o tónico que se aplica directamente sobre la cara con tus propias manos. Ahora existen muchos supermercados que dan la posibilidad de comprar a granel o bien que han reducido notablemente los envases de plástico.
Prueba la copa menstrual, dura años y evitarás una cantidad de residuos muy elevada a lo largo de tu vida. Utiliza tu propia bolsa de tela para hacer la compra. Cuando invites a amigos a cenar a casa, haz un esfuerzo, no seas vago, y sírveles la comida como está mandado, ¡nada de platos que acabarán en la basura al acabar el último bocado! Olvídate de las pajitas de plástico y los vasos de café o de té de la máquina de vending.
Economía circular
Además de pequeños gestos individuales, son muchos los que abogan por la llamada economía circular. En lugar de una explicación farragosa con términos técnicos pongamos un ejemplo con las empresas tecnológicas, unas de las que generan mayor cantidad de basura. Si en lugar de basar su producción en sacar un móvil vistoso y carísimo cada dos años, fabricaran modelos en los que se pudieran instalar las mejoras, sin necesidad de comprar uno totalmente nuevo, se ahorraría al mundo una cantidad enorme de extracción de recursos y otro tanto en gestión de residuos (¿quién no se ha visto con un móvil en la mano sin tener ni idea de dónde reciclarlo?). Algunas estimaciones apuntan que, con este modelo, se reducirían los desechos un 65% para 2030.
Hay muchas iniciativas empresariales que ya están poniendo en marcha los principios de la economía circular. Reciclar, reaprovechar, rediseñar... Además de nosotros mismos en Saigu Cosmetics, en este articulo se pueden encontrar muchos ejemplos de compañías que ya están luchando en contra de la cultura de quita y pon. Desde una que reutiliza llantas para darles una segunda vida, hasta la ya conocida Ecoalf, que reaprovecha plásticos para elaborar ropa, pasando por otra que fabrica calzado con restos de neumáticos y otra que recicla los deshechos de las granjas.
Consumismo cultural
Aunque con menor impacto en el medio ambiente, nuestra sed de consumo también se refleja en el ámbito cultural. ¿Te da tiempo a seguir todas las novedades en series? Según un estudio de la cadena FX, la producción de ficciones televisivas ha aumentado un 85% desde 2011. Solo en 2018 se produjeron 500 series nuevas. No solo se refleja en lo que ves en el ordenador. También se producen decenas de libros elaborados en tiempo récord con escasa calidad pero que aprovechan el tirón efímero de algún tema de actualidad. Todos estos títulos también forman parte del método de acción y reacción instantánea. Que es exactamente lo mismo que hacemos con los objetos y tal vez nos esté diciendo algo más profundo de nosotros mismos.
Deshacernos de un móvil que nos ha costado mil euros de un año para otro es un caso extremo (no tan raro), pero hay miles de ejemplos diarios del daño que hace esta filosofía de vida y de la amenaza que supone para nuestro futuro. Solo es necesario cambiar de rutina y ser consciente de que sin plástico también se vive, y mucho mejor.
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