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La psicología del borgoña: cuando la intensidad se vuelve color

La psicología del borgoña: cuando la intensidad se vuelve color

Hay colores que atraviesan las épocas sin casi mutar su significado. Y otros, como el borgoña, que evolucionan con las personas que los llevan. 

En moda, el borgoña ha sido durante décadas el lenguaje de la sofisticación. Desde los tejidos de terciopelo de la Alta Costura y el prêt-à-porter de los 90. Diseñadores como Valentino, Lacroix, Donna Karan o Yves Saint Laurent utilizaron con frecuencia tonos vino, burdeos y ciruela en sus vestidos, capas, abrigos y piezas de todo tipo.

El borgoña es rico, profundo y con un trasfondo simbólico que la cultura ha reinterpretado una y otra vez, por eso vive hoy una nueva edad dorada que hace de él un tono super llevable que nos inspira a crear colecciones y productos versátiles para cualquier look.

El borgoña en el arte y la cultura pop 

Siempre ha sido un color con un gran peso simbólico. En la pintura clásica aparece en telas, mantos y fondos para añadir densidad emocional. Y ese mismo código ha llegado también a la cultura contemporánea: los labios vino son un signo recurrente en iconos como Taylor Swift, o los tonos ciruela profundos que tanto ama y utiliza Rihanna. Siempre aporta un halo de profundidad a quien los lleva y hace su presencia más poderosa.

De hecho, según la psicología del color, se interpreta como una especie de evolución adulta del rojo: conserva su energía pero la transforma en un tipo de elegancia más madura. Al ser un tono oscuro y profundo también se asocia a la introspección, la calidez y al magnetismo. Y además encaja perfectamente con la atmósfera invernal.

En invierno preferimos matices que generan profundidad. Por eso se vuelve un color fondo de armario que está presente en nuestra ropa, en las uñas, los labios y en los ojos: las sombras rosadas y burgundy funcionan como alternativa suave a ahumados en tonos más tradicionales y además le da a la mirada un toque romanticón que nos encanta.

Los productos y colecciones de Saigu que inspiran este color 

El Melting Glow Prune, un ciruela jugoso con matiz afrutado que viste los labios con color sofisticado y brillo natural, a la vez que los hidrata y realza sutilmente el volumen.

En el colorete Vin, una Edición Limitada exclusiva creada junto a Marikowskaya tenemos un ciruela natural que añade dimensión a la mejilla.

En la paleta de sombras Bohème, construida con vinos suaves, rosas, brillantes y malvas que permiten modular desde un look delicado hasta uno más intenso.

En los dos packs exclusivos que capturan la esencia Cherry Girl: Berry Glam y Bronzy Glam.

Y precisamente esa mezcla de profundidad, misterio y magnetismo es lo que impulsa a llevar este color  en cualquier momento, incluso en el día a día. Pero es en épocas especiales como la Navidad cuando adquiere una resonancia distinta: más íntima y romántica, casi ceremonial. Como si este color encontrara en estas fechas su propio ritual.

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