Todos nos acordamos de dónde estábamos alrededor del 15 de marzo de 2020 cuando el cielo se vino abajo en forma de pandemia y nuestras vidas cambiaron para siempre. Nosotros en Saigu nos acabábamos de mudar a Valencia con toda la ilusión por entrar en una nueva fase en la que podríamos sacar más productos e ir completando la línea de maquillaje que habíamos lanzado hacía poquito más de un año. 

Pero, desde entonces, las vidas de todo el mundo se han transformado tanto que no sabríamos ni por dónde empezar a enumerar los cambios. Desde los trágicos que se han llevado a abuelos, padres y familiares o les han dejado con secuelas después de la convalescencia, hasta los sociales en nuestra forma de relacionarnos, de entretenernos, de vivir... Por no hablar de la generalización del uso de la mascarilla que ya se ha convertido en un imprescindible más de nuestra check list cuando salimos de casa (cartera, llaves, móvil y mascarilla).

Todos estos cambios han impactado como fichas de dominó en otros hábitos como el autocuidado o el maquillaje. Claro que nos maquillamos menos, porque las ocasiones especiales para hacerlo se han reducido a su mínima expresión y, porque con la mascarilla que nos tapa la cara y las erupciones que nos provoca en la piel, ya no nos apetece tanto dedicarle tiempo al maquillaje completo. En cambio sí pasamos más horas en casa y nos gusta gastarlas en el cuidado de nuestra piel.

Saigu se adapta al cambio

Todo esto lo hemos observado en Saigu y, por supuesto, también lo hemos vivido en nuestras carnes. Y, como nacimos con una vocación de servicio, de aportar a nuestra comunidad, de crear aquellos productos que fueran de mayor necesidad, en cuanto empezamos a entender por dónde iban los tiros, supimos que teníamos que hacer un cambio de planes. En realidad solo tuvimos que observar y escuchar. Estar pendientes de todos vuestros comentarios y de las respuestas a las encuestas que os hemos ido haciendo.

Evidentemente, desde que a Saigu le pusimos el apellido de Cosmetics, (y no Makeup, o algo así) ya teníamos en mente algún día dar el salto del maquillaje a otros productos de cosmética pero, de no ser por este cambio tan profundo de hábitos y necesidades, a lo mejor nos lo hubiéramos tomado con más calma. Solo que las cosas no siempre salen como las prevés y ya sabemos todos que hay que adaptarse o morir.

El largo desarrollo de productos

De manera que, todavía no habíamos salido del confinamiento estricto de 2020 que nosotros ya estábamos poniendo en marcha la máquina del skin care. Pero, como ya te hemos explicado en otras ocasiones, el desarrollo de un nuevo producto es algo así como un embarazo de elefante (duran 22 meses!) y, dándonos muchísima prisa, hemos conseguido ‘parir’ el primer producto en poco más de un año.

No ha sido nada fácil porque, aunque a nivel técnico también dominábamos el ámbito de los tratamientos igual que el de la cosmética de color, pero más allá de eso quedaba toda la reflexión de qué tipo de productos queríamos hacer para aportar el máximo y con qué filosofía. Y, teniendo en cuenta nuestros principios y valores hasta el momento, lo más natural era crear una línea de ‘menos es más’. Es decir, no veíamos a Saigu haciendo rutinas de 12 productos que te debas aplicar antes de meterte en la cama. Ni tampoco crear productos con un solo activo y que tú tengas que aprender de formulación para saber cómo combinarlos.

Cosmética fácil y eficaz

La filosofía que más nos resonaba con Saigu era intentar hacerte la vida lo más fácil posible. Y eso significa intentar simplificar las rutinas de tratamiento al máximo posible y que obtengas los mismos resultados con menos productos y en menos tiempo. ¿A quién no le apetece irse a dormir antes o poner el despertador un poco más tarde porque se puede ahorrar unos minutillos delante del espejo?

Pero claro, de esta manera hemos tenido que hacer un trabajo colosal de formulación, ser super minuciosos a la hora de elegir los activos teniendo en cuenta el objetivo que tenía cada producto y el resultado que queríamos que vieras en tu piel. Además de que hemos investigado la procedencia de cada uno de sus ingredientes, de los envases o los packagings para asegurarnos de que cumplían nuestros estándares de sostenibilidad. Porque, aunque para algunas personas el medio ambiente ha pasado a un segundo plano, pensamos que debemos estar más comprometidos que nunca. 

Siempre con reflexión y filosofía

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Y eso en nuestro caso se traduce en crear los mejores productos de cosmética con ingredientes naturales y procesos sostenibles para demostrar que no hay que renunciar a la calidad. Esta filosofía la teníamos con el maquillaje y la estamos trasladando a los productos de cuidado de la piel. Para nosotros las personas, los animales y el planeta van por delante del dinero. Eso significa que lo más importante eres tú, también lo son nuestros proveedores, los miembros de nuestro equipo, los ecosistemas en los que viven los animales y plantas que tanto amamos…