Cómo esto nos inspiró para crear nuestra campaña de Navidad
Es probable que estos días tengas el WhatsApp lleno de notificaciones. Y es probable también que sea cosa de los grupos. El de las compañeras de la universidad, la gente del instituto, la pandilla del pueblo, las amigas de la infancia… Todos con un mensaje que dice más o menos lo mismo: “tenemos que encontrar hueco para vernos antes de que acabe 2025”. Y claro, si hay que hacer por encontrarlo es porque, seguramente, durante el año no hayáis podido cuadrar agendas.

Echas de menos reírte a carcajadas con tu hermana o el simple hecho de quedar para dar una vuelta por el centro con tus amigas. ¿En qué momento dejasteis de hace
rlo y pasasteis a ser ministras que conciertan reuniones para ponerse al día como si casi no os conocierais cuando, en realidad, lleváis media vida juntas? No sueles pensarlo mucho porque la punzadita de nostalgia está garantizada.
Bueno, y también la de culpabilidad. Aunque esto no va de flagelarse por no llegar a todo lo que consideres que deberías estar llegando. La vida, con sus ritmos cada vez más rápidos y sus rutinas cada vez más exigentes, nos está dando un revolcón. A nosotras también.

Eso nos llevó a pensar en el tiempo y en con quién compartimos el bien más preciado que se nos ha dado. Nos pusimos un poco filosóficas. Y también tiramos de curiosidad, hasta que nos topamos con dos palabras que nos ayudaron a replantearnos alguna que otra prioridad.
Cronos y Kairós. No son palabras nuevas. Ya las usaban los griegos en la antigüedad para referirse al tiempo. Con Cronos, describían el tiempo lineal, el que se mide con los relojes, el que nos empeñamos en controlar y optimizar a toda costa. Con Kairós, en cambio, hablaban de lo vivido, de la oportunidad, de esos momentos que nos marcan y que, a veces, lo cambian todo.
No creemos que los antiguos griegos anduvieran estresados y con las agendas llenas como nos pasa ahora, pero ya intuían que la obsesión por el tiempo podía terminar por devorarnos. Si no, ¿cómo explicas que Cronos venga del dios Cronos que, por no aceptar el paso del tiempo y ante el miedo a ser sustituido por sus hijos, acabó por comérselos?

También debieron intuir que a Kairós lo íbamos a descuidar un poco porque su nombre viene de Caerus. Es un dios menos conocido, con alas y muy veloz, al que podías intentar atrapar cuando pasaba por tu lado agarrándole de su único mechón de pelo condensado en una larga coleta. Perfecto para simbolizar la importancia de no desaprovechar las oportunidades.

La teoría nos quedó clara. Ver cómo se aplica a nuestra práctica nos costó un poco más digerirlo. No es fácil ponerse frente a un espejo que nos muestra que nos hemos convertido en esclavas de obligaciones, compromisos y quehaceres con los que exprimimos un Cronos que se gasta, mientras que el Kairós anda algo huérfano de momentos para el recuerdo.
A ninguna nos sobra el tiempo. Por eso, nos hemos dado cuenta de que regalárselo a alguien es la mayor declaración de amor, del tipo que sea, que puedes hacer hoy en día. Y desde Saigu, nos hemos propuesto que estas Navidades te detengas, bajes el ritmo, simplifiques y liberes espacios para volver a compartir tu tiempo con esa tribu que, con su sola presencia, dan vidilla a tu Kairós.
Durante nuestra campaña de Navidad hemos querido regalarte un Pasaporte Rojo. Guárdalo bien porque es la llave a una experiencia que nos gustaría que compartieras con una persona que sea importante para ti. Para que no te cueste empezar a priorizar esos momentos en los que querrías quedarte a vivir.

Vuestra mayor sorpresa estas Navidades será conseguir poneros de acuerdo para celebrar esa quedada pendiente. También la más bonita. Porque compartir el tiempo que sientes que no tienes con las personas importantes de tu vida es el mejor regalo que puedes hacerles.

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