El marrón es como las personas que “siempre saben estar”

Favorece a todas las pieles y eleva cualquier look sin perder elegancia. Y esa es, precisamente, la esencia de la colección Dolce Vita: encaja con todas. Más allá de estos nuevos productos que llegan a Saigu, Dolce Vita es una invitación a recrearse en la rutina de maquillaje, y de hacerlo de forma orgánica, con colores y texturas que ayudan a potenciar la personalidad y autenticidad de cada mujer.

Se trata de volver a lo esencial, a lo que funciona y a lo que nos hace sentir bien. Es, al mismo tiempo, una llamada a disfrutar de los pequeños lujos cotidianos, sin importar el qué dirán, porque llega un momento en la vida en el que toca cambiar de actitud, atreverse, reafirmarse y priorizarse. 

Septiembre es un buen mes para la transformación y el maquillaje puede ayudarnos a conseguirlo.

One Touch: sombras líquidas, la fórmula fluida que vas a amar 

Dolce Vita propone una nueva experiencia de maquillaje de ojos con las sombras líquidas One Touch. Incluso quienes no se han llevado bien con este tipo de textura encontrarán en ellas una experiencia sensorial que les reconciliará con esta fórmula fluida: nada de brillos excesivos ni acabados que se cuartean. Esta nueva propuesta apuesta por la suavidad, la luz y la facilidad.

Con tres tonos neutros que encajan con el concepto Mediterranean Glam, esencia del ADN de Saigu, One Touch demuestra que la sofisticación no está reñida con la sencillez de uso.

No requieren especial destreza y se aplica igual de bien con pincel o con los dedos. Además, permite intensificar o trabajar el color con dos capas sin que aparezca “costra” ni se apelmace. ¿Su secreto? Una textura cremosa y elástica que se adhiere al párpado como una segunda piel, permitiendo, incluso, retoques posteriores.

Estos tres tonos se adaptan a cualquier estilo, ya sea en versión monocromática, o para crear un elegante ahumado. Hera, un champán dorado, es perfecto para construir un look refinado y atemporal o dar un toque de luz exprés al párpado; Venus, un champán rosado con un matiz melocotón, es ideal para dar una pincelada romántica y especial a cualquier mirada; y Atenea es un marrón medio con el que hacer un ahumado resultón solo con el dedo.

A todo ello se suma un acabado homogéneo y satinado, con un toque metalizado que refleja la luz de forma natural. No hay purpurina visible ni indiscretas minipartículas sueltas, porque sus finísimas partículas de brillo se integran por completo con el color.

¿Un plus? El maquillaje dura horas sin desvanecerse ni perder ‘frescura’.
Solo un consejo: evita aplicar crema o contorno de ojos en el párpado justo antes de ponerte la sombra.

Paleta Mocca: el marrón más actual

El marrón está de moda. Un tono elegante y cálido que ha inspirado la nueva paleta Mocca, un básico con una fórmula mejorada y seis tonos mate que van de los neutros más esenciales a matices más contemporáneos. Tres de ellos -marrón medio, beige claro y negro intenso- ya llevan tiempo formando parte de la familia Saigu, los otros tres actualizan la propuesta.

Las sombras de Mocca son cremosas al tacto, fáciles de trabajar y perfectas tanto para crear transiciones como para enmarcar la mirada o construir un look completo. Su versatilidad permite resolver desde un maquillaje exprés hasta unos sofisticados smoky eyes, siempre con un aire muy chic.

Y si quieres dar un paso más, prueba a combinarla con las sombras líquidas One Touch. La riqueza cromática de la paleta se multiplica con nuevas composiciones que pueden acentuar o suavizar la mirada según el momento, manteniendo siempre ese estilo elegante y atemporal tan Saigu.

La guinda del pastel: los lápices marrón y bronce que faltaban

En Dolce Vita nada ha surgido al azar, y por eso incorpora dos nuevos tonos, Mocca Brown y Satin Bronze, a la colección de lápices de ojos.

El primero es un marrón chocolate cálido que nace como compañero natural de la paleta Mocca, aportando estructura a la mirada sin endurecerla. El segundo, un bronce metálico, prolonga la luminosidad de las sombras One Touch añadiendo un matiz luminoso en la línea de agua o el lagrimal. Un toque final discreto pero efectivo. Trazos concebidos para mimetizarse con el look y sublimar su resultado.