Hablándote de nuestros principios te hemos contado muchas veces la historia de Gerard Prats, su pasión por la naturaleza y las incoherencias que veía en la industria de la cosmética en la que trabajaba como químico. Sin embargo, siempre pasamos por encima de la parte de David Hart, del que probablemente sepas solo que era un emprendedor experto en marketing online y amigo de la infancia de Gerard. Pero, por supuesto, hay mucho más.
Y es que David es, probablemente, la razón última por la que tú tienes en tu casa tu corrector favorito y yo tengo un blog en el que escribir. Y, aunque puedas pensar que es un emprendedor más, si rascas un poco la superficie y vas a lo profundo, verás que David Hart tiene mucho donde bucear.
Hacer brillar a las personas
Detrás de ese apellido inglés heredado de un padre británico que visitó Menorca siendo adolescente y nunca más se quiso marchar, se esconde una persona noble, tenaz y con un sentido de la justicia admirable. La razón principal por la que David decidió abandonar la comodidad de su anterior proyecto y embarcarse con Gerard en lo que hoy conocemos como Saigu es la firme creencia de que, si creas el ambiente adecuado, las personas pueden brillar mucho más de lo que incluso ellas mismas se imaginan.
Por eso te hablamos menos de David en la comunicación de Saigu, porque él, lo ‘único’ que hace es permitirnos al resto de miembros del equipo expresar lo que llevamos dentro cada uno en nuestro ámbito: la creación de producto, la publicidad, el diseño gráfico, la fotografía, etc. Y eso se traduce en un millón de tareas que van desde las más prácticas y terrenales como hacer planes de empresa, tener objetivos, perspectiva y asegurarse de que entran los suficientes ingresos para que podamos vivir de esas actividades, a otras más intangibles, como darnos la confianza que necesitamos para crear, ir más allá de nuestros propios límites y hacer cosas que nunca antes se han hecho.
Desde el otro lado tú ves productos de maquillaje de una marca todavía poco conocida que superan con creces tus expectativas, ves que en atención al cliente recibes el cariño que le daríamos a nuestra madre si nos escribiera para cambiar el producto, o en nuestro Instagram te encuentras con campañas divertidas o comprometidas que no habías visto en otras marcas. Y a lo mejor también ves que, a pesar de habernos tocado atravesar una pandemia que ha reducido nuestro uso del maquillaje a su mínima expresión, aquí sigue Saigu, con el mismo entusiasmo del primer día.
Un capitán de barco
Pues gran parte de todo eso se lo debemos a David Hart que es como un roble sólido y centenario al que el resto de miembros del equipo nos agarramos. O un capitán de barco que sabe hacia dónde ir aunque a su alrededor solo haya mar y todas las direcciones parezcan la misma. David no tiene una personalidad explosiva, como podría ser Gerard, que con una sonrisa te cautiva desde el primer momento en que le conoces. David es una persona a la que descubres por capas y, cuanto más profundo vas, más fascinado quedas.
El equipo de Saigu todavía es pequeño pero, igual que nos encantaría crecer mucho para demostrar a otras marcas de la industria que se pueden hacer las cosas de una manera más respetuosa con el planeta, también nos encantaría tener éxito para que el mundo se preguntara quién hay detrás y cómo lo ha hecho. Así a lo mejor tomarían nota de lo lejos que puede llegar una empresa cuando se ponen los valores, los principios y el bienestar del equipo por delante de los beneficios económicos. Que vieran que, estos también llegan sin tener que exprimir a las personas, ni los recursos naturales hasta la última gota.
Esta es la otra cara del alma de Saigu que te faltaba por conocer, una cara interna que probablemente no se vea pero se intuye y se filtra por cada uno de sus poros. Porque uno se da cuenta cuando los valores de un proyecto son auténticos, o son solo ‘maquillaje’ para vender más y mejor. Y nosotros creemos en un mundo en el que las empresas sean lugares en los que las personas podamos desarrollar nuestros talentos hasta su máxima expresión, eso aporte un enorme valor a la sociedad y también sea un catalizador de abundancia para todos. Pero para eso tendría que haber más emprendedores como David Hart haciendo bombear sus corazones.
8 commenti
Conocí vuestra marca el año pasado a través de las redes sociales. Cada vez estoy más concienciada con la salud y el cuidado medioambiental. Es por eso que soy una apasionada de hacer (en la mayoría de las ocasiones) de manera artesanal la ropa de vestir, comidas 100% naturales, dulces, bollería, panadería, artículos de decoración, arreglar lo que se rompe, etc. Llevo años “arrastrando” con el ejemplo a mi marido y a mis hijas hacia ese modelo de vida. Mi marido en su tiempo “libre” cultiva su huerto y algunos frutales, cuida sus gallinas, producimos nuestro propio aceite de oliva virgen extra, a la venta en la Almazara de Montánchez. Por todo eso, vuestro modelo de empresa encaja perfectamente en mi modelo de vida. Me encanta que expreséis públicamente vuestra parte humana, porque me gusta la gente transparente. Y eso, a mí al menos, hace que me aproxime más a vuestros productos. Irremediablemente soy consumidora de productos industriales, pero intento (por encima del excesivo tiempo que me lleve en leer las etiquetas y la composición de TODO) adquirir productos de la tierra y lo que más se aproxime a lo natural (alimentación, cosmética, limpieza,…), lo que menos aditivos tenga, sin siliconas, ni parabenos, ni sulfatos, ni química sintética, o azúcares refinados, o grasas trans, etc. En definitiva, todo lo que puede agredir lo mínimo tanto a mi persona-familia como al planeta. En la situación en la que nos encontramos hace que apenas disfrute de vuestro maquillaje, iluminador, corrector, pintalabios, lápiz ojos, rímel, pero llegarán tiempos mejores y os haré nuevos pedidos (que tengo ganas de vuestro último lanzamiento: el colorete, jeje). Dicho así, parece que me desplazo en burro y no en coche, o que viva en una caverna sin comodidades, y no; vivo en una casa normal de pueblo con dos plantas, cochera, doblado y azotea, pero al menos vamos sembrando buenas costumbres, por el hoy y por el mañana, aunque queda mucho-muchísimo por hacer y por concienciar. Entiendo que será muy complejo pero seguid así, con esa política de empresa, por bien de todos y por bien ambiental. Sólo me queda deciros: ¡GRACIAS!
Gracias por compartir la historia y por el trabajo que hacéis ❤️
Buenos días y enhorabuena!!
Y os lo argumento: a pesar de las dificultades y de la negatividad del momento, personas con vuestro talento y talante son más que necesarias.
Sobrevivir ahora es muy difícil. Por eso, permitidme una sugerencia (la experiencia y los años..) que quizá más adelante os resulte interesante: no cambiéis con el paso del tiempo, cuando crezcáis, seguid siendo ilusionantes para vuestros clientes.. y cuidad a vuestro personal.
Repito felicitaciones.
Gracias por vuestro tiempo y vuestra forma de hacer y entender el negocio.
Saludos,
Amparo.
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