Si alguien sabe cómo tratar la piel, es un dermatólogo. Su formación y experiencia le dan el conocimiento (y la autoridad) para saber lo que sí y lo que no se debe hacer. Y, créeme, hay algunos gestos cotidianos que nos parecen inofensivos pero son un auténtico atentado contra la salud cutánea.
El cuidado de la piel no es solo cuestión de cremas y sérums, también implica evitar ciertos ‘pecados cutáneos’ que, sin saberlo, pueden estar saboteándola. Hemos recopilado una lista de 10 ‘deslices’ que un especialista te recomendaría evitar a toda costa.
1. Tocar la cara constantemente (y menos aún, apoyar la mano en la mejilla)
Parece un acto inocente, ¿verdad? Pero nuestras manos tocan constantemente todo tipo de superficies, acumulando suciedad, bacterias o grasa que terminas llevando a la piel al tocarla, lo que contribuye a obstruir los poros y favorecer el acné. Y si eres de las que, además, apoyan la mano en la cara mientras trabajas o estudias, el asunto se agrava: presión puede causar arrugas prematuras.
2. Tocar granos o espinillas
Reventar un grano o espinilla puede ser tentador, pero hacerlo puede provocar infecciones, manchas o cicatrices persistentes. Además, los médicos ponen especial énfasis en evitarlo especialmente si está entre el puente de la nariz, el surco nasogeniano y la barbilla. Esta zona, denominada el triángulo peligroso, tiene vasos sanguíneos que se conectan directamente con el cerebro. Y aunque suele ser muy, muy raro, una infección aquí por manipular una espinilla podría tener graves consecuencias.
3. Lavarse la cara con jabón de manos
Algunos jabones de manos pueden ser demasiado agresivos para la piel del rostro. Su fórmula puede alterar su pH natural, eliminando los aceites que la mantienen hidratada y protegida, lo que provoca sequedad e irritación. Mejor utiliza un limpiador facial suave o un jabón syndet (sin detergentes). Además, evita friccionar la piel al limpiarla y secarla.
4. Usar agua caliente
Aunque una ducha de agua caliente puede resultar irresistible, en realidad es un castigo para la piel. El calor dilata los vasos sanguíneos, la vuelve más sensible y puede agravar problemas como la rosácea o la sequedad extrema. Los dermatólogos siempre recomiendan usar agua tibia o fría para mantener la barrera cutánea intacta.
5. Saltarse la limpieza nocturna
A lo largo del día, la piel acumula suciedad y partículas contaminantes que tapan los poros y aceleran el envejecimiento. También interfieren con su capacidad para regenerarse de noche. Aunque hayas tenido el día más ajetreado de su vida, no te saltes este paso.
6. Obsesionarse con exfoliar
La exfoliación es necesaria, pero en su justa medida. Usar scrubs agresivos o exfoliantes ácidos con demasiada frecuencia puede debilitar la barrera cutánea y dejar la piel vulnerable a irritaciones e infecciones, y, en última instancia, acelerar el envejecimiento.
7. El maximalismo en skincare no es la solución
La mayoría de los dermatólogos coinciden: no necesitas 10 productos en tu rutina para tener una piel sana. De hecho, demasiados productos con activos o combinaciones inadecuadas pueden sensibilizar e irritar la piel. La clave, la mayoría de las veces, es la simplicidad: menos productos, pero bien escogidos.
8. Dormir boca abajo
Puede sonar exagerado, pero dormir boca abajo o de lado, Los estudios lo confirman: las ‘arrugas del sueño’ se forman por la presión constante contra la almohada, y con el tiempo se pueden volver permanentes. ¿La solución? Dormir boca arriba y, si es posible, usar fundas de almohada de materiales suaves como seda o satén, que reducen la fricción.
9. Abusar de una dieta rica en azúcares
Lo que comes también se refleja en tu piel. No hay alimentos milagrosos para la piel, pero una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, grasas saludables y cereales integrales, beneficia tanto tu salud como tu piel. Por el contrario, los ultraprocesados, el azúcar y el alcohol, son enemigos declarados de tu cutis.
10. No limpiar la pantalla del móvil con frecuencia
Tu smartphone es un criadero de bacterias. Si sueles apoyar el móvil en la mejilla al hablar, piensa en cuántos microorganismos estás transfiriendo a tu piel. Acuérdate de limpiar, a menudo, la pantalla con toallitas desinfectantes.
11. Aplicar productos con los dedos
Cada vez que metes el dedo en un tarro de crema sin haberte lavado las manos, introduces bacterias y contaminas el producto. Los dermatólogos prefieren dispensadores, espátulas o, en su defecto, lavarse las manos antes de aplicar cualquier tratamiento.
12. Confiar en la fotoprotección de la base de maquillaje
Si crees que la base de maquillaje te va a proteger del sol, piénsalo dos veces. Para que la protección sea efectiva, tendrías que usar una cantidad mucho mayor de la que normalmente aplicas, creando una máscara antiestética. Así que, mejor invierte en un protector de amplio espectro y después maquilla.
13. Aplicar perfume directamente en la piel
Las fragancias contienen compuestos químicos, además de alcohol, que pueden actuar como irritantes o alérgenos; pudiendo provocar dermatitis de contacto (con enrojecimiento, picazón e inflamación en personas susceptibles) y alterar la barrera cutánea, favoreciendo la sensibilidad cutánea. Lo mejor es aplicar el perfume en la ropa (en el dobladillo o alguna zona que no se pueda deteriorar).
Estos 13 pecados dermatológicos son una buena muestra de cómo muchos de nuestros hábitos pueden afectar la belleza y salud de nuestra piel ¿Se te ocurre alguno más?
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